Sospechoso del ataque al club gay en Colorado Springs enfrenta cargos por asesinato y crimen de odio
El hombre de 22 años que al menos 25 más resultaron heridas.
Según medios, el juez que lleva el caso pidió a los fiscales que sellaran los documentos de esta acusación hasta que la investigación haya culminado.
Los clientes en el club describieron la escena como un caos cuando el atacante comenzó a disparar. El alcalde de Colorado Springs, John Suthers, contó que uno de los presentes había actuado rápidamente para desarmar al hombre, golpearlo y someterlo. "Salvó docenas y docenas de vidas. Detuvo al hombre en seco. Todos los demás huían, y él corrió hacia él", dijo Matthew Haynes, uno de los propietarios del club al diario The New York Times.
Luego, dos clientes más inmovilizaron al atacante hasta que llegó la policía, según los propietarios del club, que vieron el video de seguridad.
La Policía de Colorado Springs dijo el fin de semana que recibió varias llamadas por un tiroteo en el Club Q a partir de las 11:57 de la noche. El local es frecuentado por personas de la comunidad LGTBQ+.
El agresor, que de forma preliminar la policía cree que es el único responsable de los hechos, entró al lugar e inmediatamente comenzó a disparar. Usó al menos un "rifle largo", dijeron las autoridades en una conferencia de prensa el domingo. También informaron que habían conseguido recuperar dos armas de la escena y estaban investigando su procedencia.
El hombre fue identificado por la policía como Anderson Lee Aldrich, de 22 años. Resultó herido y fue detenido.
Según The New York Times, una persona con el mismo nombre y edad que el sospechoso fue arrestada por agentes de la oficina del sheriff el añado pasado después de que su madre denunciara que la había amenazado con lastimarla con una bomba casera, armas y municiones, aunque no se encontró ninguna bomba entonces.
Joshua Thurman, un hombre de 34 años que suele trabajar en el club como bailarín de gogó, pensó que los primeros disparos eran parte de la música y siguió bailando. Pero luego escuchó más detonaciones, vio el destello de fuego en la boca de un arma y comprendió que se trataba de un tiroteo. “Cuando salimos del camerino, vimos cuerpos. Había vidrios rotos, sangre, ¡perdí amigos!”.
Según Thurman, un cantinero del lugar, a quien conocía desde hace tiempo, se encuentra entre las víctimas mortales.
El hombre, que vive cerca del club, asegura que el establecimiento solía ser un "lugar seguro" para sus clientes.
Las autoridades aún investigan qué motivó al atacante a cometer este crimen. Las autoridades aún no han desvelado las identidades de las víctimas, pero se conoce que entre ellas estaban Daniel Aston, de 28 años y quien trabajaba como camarero en el Club Q; y Kevin Loving, de 40 años y quien había viajado a Colorado Springs por el fin de semana.
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